La literatura es ficción. La
ficción no es mentira, digamos que la ficción es una creación de mundos alternativos
diferentes al mundo real. A muchas pero muchas personas nos permite “escapar
por la tangente” y alivianar las durezas de la vida.
Mediante el lenguaje el escritor
abre la puerta a los lectores para acceder a esos nuevos mundos posibles, a
experiencias inusitadas y originales que nos posibilita crear, crecer, conocer
cada vez más el alma humana, porque después de todo la literatura no es otra
cosa que la esencia de las pasiones que se viven en esta tierra…
Ahora pensemos en un niño muy
pequeño, arrullado por nanas y canciones de cuna, percibe las palabras pero no
las comprende, pero en su maravillosa percepción capta los tonos, la cadencia,
la amorosidad del ritmo de esas palabras que serán su primera literatura, como
una caricia de palabras, como una piel nueva. Por lo tanto aquí no importa
tanto lo que se dice sino cómo se lo dice, quién se lo dice. Luego a medida que crece llegarán los cuentos
de la voz de la madre, de la abuela, de alguna docente, se irá apropiando de
nuevas dimensiones que lo guiarán, pero no lo guiarán porque la literatura está
plagada de enseñanzas, sino por todo lo contrario, porque siendo como es la
literatura: arte, es capaz de abrir,
inquietar, explorar, transgredir, provocar la fantasía y el juego. La
literatura destinada a crear conductas no es literatura en realidad, es el
equivalente a los libros de auto ayuda: cómo ser feliz en una semana, ganar un
millón de dólares o tener muchos amigos, claro que adaptados a los problemas de
los más pequeños: dejemos el chupete, tomemos la sopa, qué rica es la espinaca…
Eso no es literatura porque no es
arte y ya lo dijimos, la literatura es arte. Por temor a que el pequeño los
rompa no se le ofrecen libros apropiados y paradójicamente, cuando se ha hecho
la experiencia de trabajar con libros álbum en sala de dos los libros
permanecieron intactos. Pensemos: si nos ofrecen libros sin tapas, con hojas
rotas ¿por qué deberíamos ser cuidadosos con ellos? Si de ese modo nos están
enseñando que los libros no valen nada. Un libro álbum tiene, en general, el
porte que toda la literatura suele tener: es un objeto estético, atractivo,
deseable, mágico, y desde luego ficcional. Es justamente a base de esa ficción
que el niño aprenderá a construir, a interpretar, a penetrar en esos mundos
paralelos que van a sostenerlo en el momento preciso…
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