domingo, 21 de marzo de 2010

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE “ NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES”



PRÁCTICAS DEL LENGUAJE EN LA EDUCACIÓN INICIAL 1
Prof. Lic. Estela Quiroga

A MODO DE PRESENTACIÓN:

LEEMOS ENTRE TODOS PARA ENTRAR EN TEMA…

La educación Inicial comprende la primera, la más importante de las etapas de formación. Decimos la más importante ya que el cuidado de niños desde los cuarenta y cinco días a los cinco años implica dedicación, responsabilidad y amor especiales, que requieren por lo tanto una sensibilidad superior. Sin duda el desarrollo integral de los pequeños depende de atenciones no sólo en el aspecto biológico (alimentación, higiene, salud) sino, especialmente en el plano afectivo. La adquisición del lenguaje ocupa un rol central.
Durante este curso vamos a hacernos muchas preguntas:
• ¿Por qué este espacio curricular se llama PRÁCTICAS EL LENGUAJE?
• ¿Existe un solo código no lingüístico y lingüístico o hay una gran diversidad?
• ¿El lenguaje se adquiere o se aprende?
• ¿Qué factores intervienen en el desarrollo de la capacidad lingüística?
• ¿Qué significa enseñar una lengua?
• ¿Cuáles son las estrategias apropiadas para favorecer la competencia comunicativa?
Desde luego, esto es solamente el principio ya que, seguramente a lo largo de la cursada van a ir naciendo una y otra pregunta, al menos eso es lo deseable.

Ahora bien, cada sujeto construye lenguajes en su ámbito inmediato y concreto del que recibe respuestas a sus necesidades inmediatas, aún antes de nacer, en el vientre materno se registran las caricias, el tono de voz, la voz especial de la mamá, o sea que LA PALABRA nos va CONSTRUYENDO, es el principio de todo. Quién no se siente acompañada frente a una palabra amiga, por eso es necesario que tomen conciencia de la importancia de acompañar las acciones que realicen en el Jardín Maternal con sus propias palabras dirigidas a los pequeños, una palabra que acompaña y anticipa los gestos, las acciones concretas.
Claro está que los signos utilizados y sus significados como instrumento de mediación adquieren una mayor o menor relevancia en cada contexto sociocultural, en cada familia, cuando ustedes reciben a los niños ya vienen con todo un bagaje, el niño, como dijimos, va construyendo, un sistema de creencias, tradiciones, expectativas, miedos, esperanzas, cosmovisiones, experiencias y así, poco a poco va a ir construyendo su LENGUA MATERNA .


Justamente con esa LENGUA ingresa al Jardín y desde luego será diferente en cada niño o niña, por lo tanto como docentes se van a tropezar con una enorme diversidad, variedad de códigos lingüísticos y no lingüísticos ya constituidos como lenguaje familiar, que a partir de ese momento van a empezar a CONVIVIR en un mismo espacio con otros. De hecho vamos a tener que trabajar con mucho cuidado porque la lengua materna no solo es portadora de palabras, sino también de saberes que involucran percepciones sensoriales, emotivas, experimentales…


Pero vamos por partes, veamos qué es esto de :

LAS PRÁCTICAS DEL LENGUAJE EN LA EDUCACIÓN INICIAL
“[…] el analfabetismo es aún hoy un grave problema en Latinoamérica. Es el sistema de la escuela pública el que me interesa, porque es este sistema el que debe llegar a ser más sensible a los problemas de los niños y más eficiente para resolverlos si queremos cambiar la situación escolar de la mayoría de la población de nuestros países.”
Emilia Ferreiro (1983)




“Han pasado veinticinco años desde las palabras del epígrafe, sin embargo, la problemática del analfabetismo sigue vigente, y se constituye en un problema político, consecuencia de los procesos de desigualdad social registrados en las últimas décadas”.1 Pero también es un problema pedagógico ¿cómo lograr que todos los
niños sean escuchados, tomen la palabra y se apropien críticamente de la cultura letrada?
Nuestro país se enfrentó hacia fines del siglo XX con una inédita tasa de analfabetismo, mientras, y de modo paradójico, en nuestro medio se producían importantes avances en la investigación psicolingüística2 y didáctica.. Al mismo tiempo, maestros e investigadores desarrollaban experiencias que habrían de modificar sustancialmente la manera de entender la alfabetización inicial y las prácticas con la oralidad. Algunas de esas investigaciones trataron de responder a las preguntas ¿Cómo enseñar
para que todos los niños aprendan? ¿Cómo preservar el sentido del saber a enseñar?
Estos planteos no pueden ser abordados desde las decisiones curriculares sino se piensa en los problemas didácticos implícitos: la definición de cuál es el objeto de enseñanza en el caso de la lengua oral y escrita y el planteo de cómo y desde cuándo enseñar ese objeto. Para dar respuesta a estos interrogantes es imprescindible recuperar el lugar de la escuela como espacio de enseñanza, reconociendo que los niños llegan con saberes, lenguas, modismos, diferentes experiencias con el lenguaje. Es un deber de los jardines maternales y de infantes y de la escuela en su conjunto, convertir las diferencias en una oportunidad de enriquecimiento, creando condiciones para que todos los niños aprendan. Permitir que los niños tomen la palabra, sean escuchados y reconocidos como miembros de su comunidad de origen y se constituyan tempranamente en activos participantes de la cultura escrita, es considerarlos realmente como sujetos de derecho, haciendo evidente que las decisiones y las intervenciones pedagógicas y didácticas son, a la vez, políticas.






¿POR QUÉ HABLAMOS DE PRÁCTICAS DEL LENGUAJE EN LA EDUCACIÓN INICIAL?
Pensar en las prácticas del lenguaje implica concebir de otro modo el objeto de enseñanza. Ya no se trata de enseñar lengua –los tipos de textos y sus aspectos lingüísticos–; sino las prácticas sociales que llevamos a cabo con el lenguaje: hablar y escuchar, leer y escribir. Si el objeto son estas prácticas, los contenidos fundamentales de enseñanza son los quehaceres del hablante, del lector y del escritor, por ejemplo relatar una experiencia a otros, escuchar atentamente un relato, compartir la lectura de un texto, comentar lo leído, releer un párrafo que no se comprendió, planificar lo que se va a escribir en relación con el propósito, etc. Como señala Delia Lerner refiriéndose a las prácticas con el lenguaje escrito:
La orientación del diseño curricular de Prácticas del Leguaje en la Educación Inicial expresa coherencia y articulación con las propuestas de los diseños curriculares de los niveles siguientes. Por lo tanto, las instituciones educativas del nivel asumen el desafío de iniciar a los niños en las prácticas sociales de la lectura, la escritura, el habla y la escucha.
No se trata de un cambio de vocabulario, sino de una visión diferente del objeto de enseñanza y, por lo tanto, de la función del nivel inicial con respecto al lenguaje, de una mirada distinta sobre los saberes y las posibilidades de los niños, y también sobre las condiciones y las modalidades didácticas, privilegiando la continuidad de las mismas a lo largo de la escolaridad.
Toda práctica se adquiere en la práctica. Formar a los niños como hablantes, lectores y escritores significa crear las condiciones didácticas que les permitan ejercer como tales desde su ingreso en la Educación Inicial. Ningún niño se hará lector si en la sala y en el Jardín no se forman verdaderas comunidades de lectores a las que se ingresa participando.
Es decir, para formar a los alumnos como ciudadanos de la cultura escrita y usuarios de la palabra, tenemos que crear las condiciones didácticas para lograrlo. Se trata de organizar la sala de manera que la lectura y la escritura, el habla y la escucha sean prácticas habituales como lo son fuera del jardín.
Una sala en la que el docente le lea sistemáticamente a los niños, propicie el intercambio de opiniones y las conversaciones entre los mismos y se tome el tiempo para la escucha atenta; proponga la exploración de textos y estimule la escritura

Claro está que no es sencillo ya que la comunidad escolar no es homogénea, es expresión de diversidad, como la sociedad misma. Los niños llegan al jardín hablando o comenzando a hablar su lengua materna, la lengua de los afectos, la
de los primeros intercambios familiares, lengua que les da identidad social y cultural. En la sala pueden encontrarse con alumnos de otras regiones que hablan diferentes formas del castellano o que hablan otras lenguas, ya que nuestro país es cada vez más multilingüe. Además en el aula se usan diversas variedades lingüísticas y diferentes registros de una misma lengua. Hay registros formales e informales,
hablados o escritos, científicos, periodísticos, entre otros, que se presentan como el resultado de selecciones hechas por el hablante o el escritor, determinada por la situación de comunicación;10 por ejemplo, el uso de los pronombres personales, vos (informal- expresa que hay poca distancia, mayor conocimiento entre los participantes), usted (formal) o de formas coloquiales, como los pedidos “pis” o
“quiero pis” (de uso familiar) a “voy al baño” (de uso más formal). También los niños están en contacto con variedades dialectales, por ejemplo, el uso de pibe, gurí, nene, viejita, por nombrar algunos, y de diversos registros expresados en los medios de comunicación y de la escucha de la lectura de diferentes textos. Las experiencias en el jardín les permitirán descubrir que se habla diferente con su docente y sus
compañeros que cuando entrevistan a un especialista sobre un tema que están investigando.
Los niños llegan a la escolaridad con prácticas diferentes con el lenguaje, producto de su historia familiar y social, de la posibilidad de participar en conversaciones, en intercambios con otros chicos, con hermanos mayores; de haber escuchado relatos de historias; de tener acceso o no a la información y a la recreación mediante distintas tecnologías de la comunicación; de tener contacto o no con libros, diarios, revistas, etc.
Estas diferencias existen, aunque son evidentes, muchas veces se las niega o son motivo de discriminación, estableciendo qué es hablar bien, inclusive con independencia de los contextos y las condiciones de la situación generada, o se espera que sea la familia quien introduzca al niño en la cultura letrada.
Negar las diferencias, es negar a los sujetos y sus contextos sociales y culturales. Aceptar la diferencia requiere que brindemos la posibilidad a todos los niños de descubrir de cuántas formas distintas pueden llamarse las mismas cosas (barrilete, papalote, cometa/ niño, nene, chico, pibe, gurí) o qué significados tan distintos puede
tener una misma expresión en diferentes lugares (pena, vergüenza), y también reflexionar sobre las diferencias entre cómo se escribe una carta para los chicos de otro jardín y cómo se lo hace cuando el destinatario es, por ejemplo, el delegado municipal. Se trata de poner en escena la diferencia, advertirla, celebrar su existencia
y, progresivamente, explicar su génesis, entender cuáles son los límites de cada situación para el hablante y el escribiente, cuáles serán las posibles interpretaciones del oyente y del lector, que es lo esperable en cada situación y contexto. Se trata que los niños dispongan de diferentes variedades, registros y estrategias discursivas
y aprendan a emplearlas, teniendo en cuenta cuándo y en qué situación es conveniente usarlas .En síntesis, este objeto complejo de enseñanza, las prácticas sociales del lenguaje, nos exigen propuestas didácticas que respeten e incluyan la diversidad como posibilidad de enriquecimiento no solo lingüístico y cognitivo, sino también sociocultural.


PARA RESOLVER EN PEQUEÑOS GRUPOS

1. Intercambien entre ustedes palabras “significativas” de su primera infancia. Regístrenlas por escrito.
2. ¿Qué canción de cuna relacionan con sus primeros años?
3. ¿Qué olores, colores, sonidos actualmente las retrotraen a su propia infancia?
4. ¿Hizo alguna práctica en Jardín maternal? Relátela. Si no es el caso del grupo, imaginen su primer día de trabajo en el lactario. Tengan en cuenta que generalmente se trabajo con pareja pedagógica y que el número de bebés no debe superar los cinco.

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Licenciada y profesora en Letras Modernas, egresada de la UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA.ESPECIALISTA EN LITERATURA ARGENTINA. Especialista en Investigación Educativa. (ISP Joaquín V. González) Especialista en Litertura Infantil y Juvenil (CEPA) Actualemnte se encuentra cursando la Maestría en Análisis del Discurso (UBA) Publicó numerosos artículos y ensayos para diferentes sellos editoriales (Cántaro, Puerto de Palos, Paidos, revistas del ISPEI Sara Eccleston) En el 2012 su blog Entre el mouse y la tiza recibió el PRIMER PREMIO A LOS BLOGS EDUCATIVOS otorgado por la UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES (UBA) A raíz de ese premio fue convocada por distintos medios periodísticos. Durante 2013 el mismo blog resltó ser finalista de dicho concurso. En estos momentos se encuentra abocada a la investigación y la escritura de un ensayo en colaboración con la Lic. Cristina Olliana. Acaba de publicar Y DE PRONTO LA VIDA un ensayo destinada a la Crianza, la literatura y el Juego.

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